Este premio fue a parar al diario CINCO DIAS. Miguel Jiménez, director de la publicación recogió el premio de manos del periodista Alfredo Urdaci, muchos años en TVE, ahora dedicado al mundo de la comunicación. Estas preguntas las contesta el periodista Pedro del Rosal Responsable de contenidos periodísticos en Wolters Kluwer España para Prisa (El País y Cinco Días).
¿Cómo se ve desde CINCO DIAS la evolución del compliance en nuestro país?
Como medio, tenemos mucho interés en cada avance o novedad que hay en torno a la materia y tratamos de prestar la máxima atención a cada jornada (como la de El Día del Compliance Officer), sentencia o artículo que aborde cualquiera de sus aspectos. También elaboramos nuestros propios reportajes, que pretenden reflejar las inquietudes de los compliance officers o las zonas grises que aún rodean a esta función. Vivir el proceso de construcción de esta figura y tratar de contárselo a nuestros lectores con el máximo rigor es un reto apasionante.
De esta actividad de cumplimiento, ¿Qué temas interesan a los lectores de su publicación?
Las discusiones jurídicas que envuelven al compliance, que son del todo pertinentes para una correcta evaluación judicial, no deben esconder que se trata de una materia con una enorme aplicación práctica en el día a día de las empresas y organizaciones.
Ese aterrizaje en la realidad (cómo articular un canal de denuncias, qué hacer si se descubre un delito, cómo realizar una investigación interna, qué posición debe tener el compliance officer dentro de la empresa, etc.) es de gran interés para el perfil de lector de Cinco Días, porque, o bien son problemas que tiene que enfrentar a corto o medio plazo, o bien porque le puede aportar mucho conocer por qué modelo u opción han optado otras organizaciones.
¿Cómo cree que valora la opinión pública y los empresarios el papel de la Sala II del Supremo en materia de responsabilidad penal de las personas jurídicas?
El Supremo está llamado a jugar un papel muy relevante en la configuración de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, pero sus escasos pronunciamientos aún no permiten dar una valoración clara sobre cómo está desempeñando esa tarea. Por otro lado, creo que la función del compliance aún es una gran desconocida para la opinión pública. Es necesaria mucha labor pedagógica y mucha explicación para romper algunos complejos que tenemos en España de que “somos todos unos corruptos”. La labor de los medios y las instituciones en este aspecto es fundamental.
¿Qué opina de eventos como el celebrado en el Día del Compliance Officer recientemente?
Son muy positivos para la puesta en común de experiencias, sin duda. Pero también para la consolidación de una conciencia colectiva de los encargados de una tarea tan nueva, compleja y delicada como es la de compliance. La tarea de ASCOM, en este sentido, es digna de subrayar. Y el éxito de sus convocatorias muestra que los profesionales así lo reconocen.
¿Es necesario que los compliance officer tengan un estatuto jurídico propio para delimitar su responsabilidad e independencia?
Sin duda. No puede hacerse descansar sobre los compliance officers una responsabilidad y unas funciones tan relevantes como las que se pretende sin dotarle de un marco que le proteja y le ofrezca certidumbre. También las empresas necesitan pautas que les guíen en el diseño interno de un área con la que aún no están del todo familiarizadas. Una incorrecta configuración de su papel y su posición dentro de la organización puede diluir la función de cumplimiento y, con ello, la piedra angular de la figura de la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
¿Hacia dónde tiende el compliance en el futuro? ¿Cómo cree que va a evolucionar en los próximos años?
No creo que como periodista deba hacer ninguna predicción a futuro. Si haré un análisis de situación actual que puede condicionar lo que pase en los próximos años. En mi opinión, la función de compliance necesita de importantes ajustes en nuestro ordenamiento para que sea plenamente efectiva y no se quede a mitad de camino, frustrando las altas expectativas que hay sobre ella.
Siento decir, no obstante, que no parece que la clase política esté muy centrada en atender las necesidades de un instrumento que debe ser fundamental para combatir la corrupción pública y privada, y otros tipos de criminalidad de gran impacto.