¿Después de los primeros seis meses de funcionamiento, como está transcurriendo la actividad del IECOM?
Los inicios siempre son un reto y, por eso estamos muy satisfechos con el interés que ha despertado nuestro proyecto, a nivel nacional e incluso en profesionales de Latinoamérica.
Hemos comprobado que cuestiones como la identificación y gestión de los riesgos, especialmente en el ámbito penal, son las temáticas que más interés suscitan, sin duda propiciado por las nuevas responsabilidades legales a las que se enfrentan las empresas españolas tras las reformas del código penal en 2010 y 2015.
No obstante, el IECOM quiere mantenerse fiel a su propósito de difundir y profundizar en el mundo del compliance y para ello ha apostado por introducir otras temáticas que consideramos que deben ser abordadas y sobre las que, como Asociación, debemos concienciar y despertar el interés. Un ejemplo de ello son cuestiones tales como la ética y la cultura organizativa o compliance y nuevas tecnologías como blockchain.
No olvidemos que el IECOM, nació con vocación académica con tres grandes pilares: formación, investigación y documentación.
¿Qué objetivos a corto y medio plazo se han marcado desde IECOM?
Los objetivos están en relación directa con los recursos que podemos ir incorporando a esta área. Somos una asociación con un nivel de profesionalización notable pero queda mucho por hacer.
Los objetivos marcados se están cumpliendo ampliamente. Por un lado ya en julio iniciamos unas sesiones de formación emblemática como fue el taller de ética empresarial y desde septiembre se han impartido nueve conferencias-talleres.
En 2019, tenemos programado doce sesiones desde enero hasta abril y estamos confeccionando el segundo cuatrimestre con temas de actualidad y de vanguardia. En definitiva, continuar la senda marcada ya desde 2018 en el ámbito de la formación y empezar a desarrollar los pilares de investigación y documentación.
¿La primera sesión del IECOM se centró en la ética empresarial en junio del 2018, realmente estamos hablando de un concepto sólido y medible?
La ética empresarial es la base sobre la que las empresas deben conducir su estrategia. Como recordaron nuestros ponentes, una empresa que no es ética nunca podrá alcanzar la excelencia.
Aunque sea considera habitualmente como algo etéreo e intangible, la ética de una empresa tiene su reflejo más inmediato en el clima y la cultura que se vive en una organización. Se visualiza en la forma que los individuos que la integran tienen de hacer las cosas, en el valor que se otorga a los compromisos adquiridos en su código ético y en como éste repercute en la evaluación del desempeño de los empleados, y por supuesto, en el proceso de toma de decisiones.
Como hemos visto además en la sesión organizada el pasado 4 de diciembre, la cultura ética de una empresa puede y debe medirse.
En definitiva, lograr una empresa ética, en la que la conducta de directivos y empleados está alineada con los comportamientos alentados en los códigos éticos y de conducta que sus empresas hacen públicos, debería ser el propósito último con el que una empresa decide implantar un programa de compliance.
Hablar de formación continua parece obligado. ¿Qué aspectos formativos se están cuidando más en IECOM de cara a mejorar la formación y preparación del compliance officer?
En el área de formación continuada, dividimos la temática en cinco grandes áreas. La ética empresarial y cultura corporativa, la gestión de riesgos de compliance, nuevas tecnologías y compliance, temas sectoriales y finalmente aspectos transversales como por ejemplo la realización e implementación de políticas y procedimientos y canales de denuncias.
El formato que han elegido para algunas sesiones de videoconferencia y seguimiento en streaming ¿es el más adecuado?
La tecnología ofrece oportunidades que debemos aprovechar, máxime cuando en el ámbito de la formación continuada es complicado compatibilizar el tiempo disponible con un formato presencial. Así, nuestras sesiones, aún aquellas que tienen un formato presencial, pueden seguirse vía streaming.
Todas las sesiones son grabadas con la finalidad de facilitar a los inscritos su visualización a posteriori durante los dos meses siguientes a la fecha de impartición de la sesión. Además, recientemente hemos abierto la posibilidad de inscribirse solo al acceso a la visualización de la grabación.
Por otro lado, hemos comprobado que la opción que está siendo más demandada es la visualización vía streaming y por ello la modalidad webinar va a ser el formato en el que vamos a empezar a centrar nuestra oferta formativa.
Otra cuestión que preocupa desde IECOM es realizar investigaciones de nivel, sobre compliance. ¿Hacia dónde deben ir dichas investigaciones?
Es un área importante para cristalizar en 2019 y con resultados en el medio y largo plazo. El foco queremos ponerlo en la naturaleza multidisciplinar de la función de compliance y la naturaleza multidimensional de lo programas de ética y compliance que desarrollan las organizaciones. Por ello queremos promover e incentivar las investigaciones académicas en este campo desde las ciencias sociales. Hemos iniciado ya conversaciones con universidades en el ámbito nacional e internacional para la consecución de este propósito.
En otra sesión reciente se explicó a los asistentes cómo realizar una investigación, cuando se detecta que hay delito, en el seno de la empresa ¿Qué es lo más complicado de realizar en estos momentos?
En el ámbito penal, las investigaciones surgen para investigar, a partir de indicios, si se ha producido o no un delito (es decir, obtener una certeza) y adoptar las medidas que legalmente sean oportunas, pero sobre todo, para mejorar el entorno de control y adoptar las medidas que la empresa tenga en su mano para evitar que éste vuelva a materializarse.
Para ello, las empresas deben ser conscientes y conocer en profundidad cuáles son los pasos que deben seguir para actuar en todo momento, conforme a la legislación y protegiendo adecuadamente los derechos de terceros y también, por supuesto, los de la propia empresa.
Es importante por tanto que los programas de compliance incluyan protocolos claros sobre el proceso que debe seguirse y las comunicaciones que deben realizarse y a quién para garantizar la eficacia del proceso. Además, es importante que las investigaciones sean valoradas no solo como un instrumento de detección sino también de prevención.
También desde IECOM han puesto énfasis en tener una buena documentación y biblioteca sobre compliance. ¿Con respecto a otros países hay buenos libros sobre compliance en la actualidad?
Actualmente, en España, la bibliografía existente sobre compliance se centra fundamentalmente en el ámbito jurídico. Esperamos que al igual que ha ocurrido en el mundo anglosajón, la literatura sobre compliance en España incorpore nuevas perspectivas y enfoques como la propia ética y cultura empresarial o el establecimiento de programas de compliance que tengan en cuenta qué factores son los que mueven en el comportamiento de los individuos y que no dependen únicamente de las normas y exigencias regulatorias existentes.
Por ultimo que vigencia y utilidad ofrece el certificado de CESCOM como garante del conocimiento que debe tener un del compliance officer?
El CESCOM certifica que quien lo supera tiene un nivel transversal de conocimientos que le acreditan para ejercer como compliance officer en una empresa. Adicionalmente, debe tener un conocimiento profundo del sector donde opera la empresa. El rigor en el examen se ha demostrado fundamental para su reconocimiento.
Actualmente la mejor tarjeta de presentación para presentarse a esta posición en una empresa que demanda un compliance officer es haber superado con éxito el CESCOM.
Desde ASCOM estamos recibiendo solicitudes de empresas para estas posiciones y entre sus requisitos aparecen esta certificación. Desde el punto de vista laboral, su reconocimiento es una realidad y para el Comité Académico del CESCOM es un estímulo constante para mejorarlo y actualizarlo.
¿Cómo ve el futuro del compliance officer?
Una figura que sin duda tiene que evolucionar e integrarse más en el día a día de las organizaciones y, en definitiva, en la estrategia de las empresas. Su papel es cada vez más reconocido y absolutamente necesario porque en una sociedad compleja hay que poder demostrar la intencionalidad de las acciones antes de su realización para garantizar que se cumplen las regulaciones y los sistemas autorregulación en el que opera la empresa. Sin duda alguna, su futuro es caballo ganador y para ello debe estar formándose continuamente.