El Compliance y la Contracultura

El historiador estadounidense Theodore Roszak escribió en 1968 un libro de notable influencia social titulado “El nacimiento de una contracultura”. El concepto de contracultura se asocia a algunos acontecimientos históricos como el mayo del 68 francés y a las revueltas estudiantiles en EEUU que se oponían a la guerra del Vietnam. Entre otras definiciones, contracultura es el movimiento social y cultural caracterizado por la oposición a los valores culturales e ideológicos establecidos en la sociedad.

Por otro lado, y no menos lejano en el tiempo a los mencionados hitos sociales, tuvo lugar en 1977 la aprobación de la Foreign Corrupt Practices Act (FCPA) en EEUU, de gran influencia posterior a nivel internacional para desarrollar legislación en los países miembros de la OCDE con el objetivo de luchar contra la corrupción y que ha sido y es un pilar para implementar unos sistemas de gestión de Compliance en las organizaciones, públicas y privadas, donde una sociedad se desenvuelve.

Si definimos Compliance como la capacidad que una organización tiene, a través de unos procedimientos implementados, de demostrar la intencionalidad de una actividad previa a su ejecución, cumpliendo con toda la normativa aplicable (leyes, códigos de conducta y sistemas de autorregulación, ¿dónde radica la contracultura unida al Compliance?

Lo primero sería determinar cuáles son los valores de una cultura predominante en base a lo que realmente sucede, no en base a lo que nos gustaría que fuese. Por ejemplo, si la cultura predominante es la aceptación de la mentira porque en realidad quién miente no sufre consecuencias por sus actos entonces podemos determinar que la sociedad acepta la mentira como algo natural al ser humano sin que sea reprobable ya que al final, se olvida o no tiene consecuencia alguna. Por lo tanto, la contracultura sería que la sociedad sancionase la mentira con graves consecuencias si así se demostrase.

Del mismo modo, si culturalmente la prevención no se valora o incentivara o incluso reconociera como mecanismo para evitar o mitigar un riesgo identificado, tendría una asignación de recursos mínima o insignificante comparado con el impacto que tendría si dicho riesgo se materializara. Así, la contracultura sería elevar el principio de prevención en las prioridades y reconocimientos que una sociedad debería tener.

Los economistas clasifican la economía, entre otras opciones, entre economía positiva y economía normativa. La economía positiva describe la realidad económica, lo que “es” y se basa en hechos objetivos. La economía normativa se basa en lo subjetivo, influido por la ética y los juicios de valor, es lo que “debería ser”. Aparece la clásica dicotomía entre lo que “es” y lo que “debe ser”.

Si hacemos un paralelismo con los ejemplos anteriores, la sociedad acepta la mentira porque no tiene consecuencias – lo que “es”, frente a no tolerar o aceptar la mentira, lo que “debería ser”. Si seguimos con las comparaciones, la cultura de la sociedad, siguiendo la definición opuesta a contracultura, acepta la mentira y atendiendo a la definición de contracultura, sería la no aceptación de la mentira. Pues bien, el Compliance y la contracultura se unen en varios puntos ya que se basan ambos conceptos en oponerse a valores culturales e ideológicos establecidos en la sociedad.

Llegados a este punto, no queda sino aclarar cuáles serían los elementos que incorpora el Compliance que actualmente irían en contra de los valores establecidos por esta sociedad y que tiene vocación de modificar.

Identificamos Compliance con tres pilares fundamentales que actúan tomando como referencia la definición antes señalada. Para cumplir con la normativa vigente, ante una identificación de los riesgos que una actividad tiene en un entorno determinado, los pilares de prevención, detección y respuesta son los elementos primarios para actuar consecuentemente.

Sin entrar a desarrollar estos pilares, conceptualmente Compliance integra un componente determinante: responsabilidad. A través de la responsabilidad individual de hacer lo que debes hacer asumes no sólo un compromiso con tu empresa, sino que lo haces contigo mismo, ayudando sobremanera a dignificar tu trabajo en un entorno social complejo. Hay que reforzar los valores y principios individuales dotándolos de pragmatismo y en ello Compliance es un aliado natural.

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